El sprint.
La disputa de un sprint siempre es curiosa, pues se tiende a banalizar un trabajo espectacular en el que llevas unos cuantos kilómetros con las pulsaciones al máximo y llegan los últimos 400 metros y tienes que exprimirte aun más. Es llegar al límite para superarlo. Giant-Shimano controla los últimos kilómetros de la etapa y a 2 km de meta la FDJEUX intenta colocar su tren para el sprint de Bouhanni, pero Giant-Shimano lo evita, se entra en el último km y Orica-GreenEdge supera a los Giant-Shimano por la derecha con tres corredores, preparando el sprint de Matthews, en este momento se empieza a descolocar la cabeza de carrera, y el pelotón tras una curva se queda ligeramente retrasado. Dos curvas más enlazadas cual chicane en la F1, y el pelotón llega a la recta final de 250 metros, Matthews entra segundo a unos metros de su lanzador, con Tyler Farrar, Elia Viviani y Nizzolo y Ferrari a rueda, a su izquierda más retrasado el francés Bouhanni y a rueda de este Kittel se ha buscado la vida después de que su equipo perdiera el control de la llegada a 1 km de meta.
Increiblemente y con el suelo mojado no hay ninguna caída, Matthews fracasa en el sprint y es sobrepasado por casi todos, el primero de ellos por Bouhanni, pero Kittel no espera, (no hay casi tiempo de reacción en un sprint de 250 metros), y supera al francés por la derecha. Al francés y a todos, distanciando al segundo en más de una bicicleta. Brutal Kittel. Enhorabuena.
La etapa.
Lluvia. Y mucho rosa. Con la gente volcada con la carrera italiana. Sinceramente muy bonito. Y con una escapada de cuatro corredores para darle enjundia al Giro y repartir el primer maillot de la montaña.
Los líderes.
Miedo. El agua y el abandono ayer de Dan Martin, los ha dejado fríos, no hay nada que ganar en tierras irlandesas y se puede perder todo. Por suerte ya solo queda un día por Irlanda.
La anécdota.
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