viernes, 19 de agosto de 2011

Y la segunda semana solo son cinco.

Y en estas cinco etapas se decide todo. Son tres finales en alto, una etapa con el puerto de Ancares y una etapa llana que termina en Pontevedra.


Primero el miércoles final en el puerto de la Manzaneda con terreno rompe piernas hasta la base del puerto, y 30 kilómetros de ascensión final, los 20 últimos los más duros.


El jueves día de transición con dos pequeños puertos de tercera en tierras gallegas y previsible final al sprint en Pontevedra.


El viernes el etapón dolomítico made in spain. Sarria-Ponferrada por donde más duele, el puerto de Ancares.


Y para el fin de semana, dos finales en alto durísimos, el sábado la Farrapona y el domingo el Angliru. Los peros, etapas un poco cortas y con poca chicha antes del último puerto, san Lorenzo el sábado y Cordal el domingo son dos puertos durísimos (no hay que desmerecer), pero se podían haber añadido más puertos en ambas etapas, ya que en ninguna se superan los 3200 metros de desnivel acumulado. 3100 el sábado y 2900 el domingo, insuficientes ante las etapas reinas de Tour y Giro, que contienen al menos dos etapas con desniveles que igualan o superan los 4000 metros.


Y después de tantas emociones fuertes, se acabó la semana más decisiva de la Vuelta 2011. Y comparando con la segunda semana del Tour, diremos que la de la vuelta es más corta, con más finales en alto y más montaña, pero no más dura, en un combate de boxeo ganaría la vuelta pero por puntos.

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