viernes, 30 de agosto de 2013

Morkov gana en Cáceres

Morkov, actual campeón de dinamarca cruzó en primera posición la pancarta de meta seguido de Richeze, (otra vez segundo), y Cancellara el desajustador de equipos que preparan la llegada al sprint.

El sprint.

Caótico. Como todos los días. No hay casi etapas para los sprinters. No hay sprinters de primera fila el la Vuelta por la escasez de oportunidades. No hay equipos suficientemente convencidos como para controlar con mano de hierro los kilómetros finales por que no disponen de ningún llegador ganador en sus filas. Y todo esto junto hace que el descontrol sea la norma para los últimos kilómetros. El caos como norma. Y el que gana al final no es ni sprinter. Solo pasaba por allí. Cogio la rueda buena y ganó. Otros se pasan toda la vida buscando la rueda buena.
 El pelotón cruzó la pancarta del último kilómetro a 6 segundos de Tony Martin, que increiblemente seguía allí, en cabeza desde la misma salida de la etapa. Martin recorrió los últimos mil metros en un minuto y seis segundos a una media de 54,545 metros la hora, absolutamente impresionante después de rodar en solitario cuatro horas y 175 km. Pero Morkov esos últimos mil metros los recorrió a 60 km/h y ganó la etapa. Enhorabuena Morkov.


La etapa.

Tony Martin. El es el resumen de la etapa. Es la explicación de por que el ciclismo es épica todos los días. Aunque no lo veamos. Aunque las gestas se escondan. Aunque no se culminen y no tengamos finales felices. Antes de que el director de la carrera terminara de bajar el brazo para dar el banderazo de salida a la etapa del día, Tony Martin ya estaba escapado. Solo, sin amigos que le pudieran echar un cable. El campeón del mundo contrareloj en la crono más larga de su vida. En 26 km sacaba más de siete minutos al pelotón. Y el pelotón se dió cuenta que la apuesta de Martin era ganadora, así que no le permitió coger ningún segundo más, sabedores que si la ventaja del alemán aumentaba la etapa ya no estaría entre los sprinters de la prueba. Así que desde entonces la diferencia fue lentamente bajando, hasta quedarse en tan solo 8 segundos a 12 km de la meta. La verdad es que el pelotón llevaba por entonces varios minutos jugando con el escapado, al que le permitia continuar en cabeza para evitar que otros con más fuerzas que no habian gastado al ir al refugio del pelotón intentaran la fuga una vez muerta la escapada de Martin. Un juego peligroso. Sobre todo contra rodadores expertos. El caso es que once kilómetros después la diferencia solo había bajado dos segundos y por entonces todo el público quería ver a ganar al alemán. El clásico David contra Goliat en versión ciclista siglo XXI. Pero al final entre el arreón de Cancellara y las ganas de los sprinters Tony Martin solo pudo ser sexto en la meta de Cáceres. No pudo completar la gesta y el heroe del día solo pudo llevarse la mayor de las ovaciones de un público español cuando subió al podium a recoger el premio como corredor más combativo de la etapa. Gracias por la emoción y el espectáculo Tony. Otra vez será.



La anécdota.

 Morkov, "preparé bien el Tour y no me llevaron, así que el trabajo que hice entonces se nota aquí en la Vuelta", pullitas que lanza uno cuando está en la cresta de la ola.

Los líderes.

Guardando fuerzas para el sábado. Y el domingo. Y el lunes. Y...

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