Después del atracón de finales en alto, contrareloj y etapas de montaña, la tercera semana queda deslucida, por el poco interés que queda por dilucidarse el primer puesto de la Vuelta.
Quedan 5 días, con tres finales en alto y dos etapas para disputar el sprint, aunque dos de los tres finales en alto, no van a producir diferencias en la general, donde los favoritos tendrán que guardar fuerzas para el penúltimo día, en la subida a la bola del mundo, donde se tendrán que jugar todo en una última apuesta.
Miércoles día 5 de septiembre se sube hasta Fuente de, en una etapa de media montaña por tierras cántabras, que podía haber sido una etapa mucho más dura y espectacular. Son 187 km con más de 2000 metros de desnivel acumulado con un par de puertos de tercera y la subida final a Fuente de, 17 km de subida con un desnivel medio que no alcanza el 4%. Muy tendido. En los últimos 50 km hay 900 metros de desnivel acumulado.
Viernes día 7 de septiembre con final en la Lastrilla, etapa sin grandes dificultades que destaca por los 2 últimos kilómetros que pican en subida al 4,50% de desnivel.
Y por último, la traca final el sábado 8 de septiembre con final en la Bola del Mundo. Los organizadores han puesto una etapa muy dura, (o que pretende serlo), el penúltimo día de carrera. 5 puertos, 3800 metros de desnivel acumulado, (1350 metros en los últimos 50 kilómetros), un último puerto durísimo con 11,6 km al 8,65% de desnivel, pero con demasiada distancia entre puertos, (sobre todo entre el último y el penúltimo lo que complica los ataques lejanos), en total son 170 km.
Conclusiones.
Salvo milagro y a pesar de una buena penúltima etapa, esta última semana no va a decidir nada en la clasificación general final. Una pena que se desaproveche así estas últimas etapas.
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