domingo, 30 de septiembre de 2018

Valverde campeón del mundo en Insbruck

Lo logró.
15 años después de su primera medalla de plata en un mundial. Con 2 platas y 4 bronces en sus piernas. 38 años.
Gritó y lloró y volvió a gritar y a llorar.





El elegido, el superdotado para ganar mundiales de ciclismo, ha pasado toda su carrera buscando esto. Y casi no lo consigue.



No hoy, claro, donde era el mejor de ese sprint final a cuatro. Dumoulin cuarto, fundido al cazar al trío de cabeza a dos kilómetros de meta. Woods tercero, que lo intento en la última subida y no pudo con la rueda del murciano en el sprint, pero es que nadie puede con el sprint de Alejandro. Bardet segundo, con cara apesadumbrada tras cruzar la meta, remontando al canadiense en el sprint para terminar segundo. ¿Alguien se planteaba que Valverde perdiera ese final?


No.

Yo grité de alegría a 300 metros de la llegada. España era campeona del mundo de ciclismo otra vez. Valverde era campeón del mundo de ciclismo al fin. Estaba tan claro como terminaba ese sprint, que no hacía falta verlo para celebrarlo. 

¿Se puede disputar peor un último kilómetro de un escapada de cuatro? No lo creo. Las reglas de las escapadas son básicas, nunca entres en el último kilómetro primero de la escapada. No comandes la escapada en el inicio de la recta de llegada, no inicies el sprint el primero y nunca antes de los 200 últimos metros. 

Lo incumplió todo.
Y ganó.
Alejandro Valverde. 
38 años.
Campeón del mundo. 
El imbatido.


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