257,5 km de recorrido.
52,8 km de adoquines.
27 tramos de pavé.
Ciclismo viejuno. De barro. De piedras. De tubulares a la espalda. Esa es la esencia de la París Roubaix. La mitad del pelotón la odia. La otra mitad la evita. Llana a reventar. Con sólo los peligrosos tramos adoquinados para romper la carrera. Y el icono del velodromo en la llegada.
Cancellara, Boonen, Martin, Vanmarcke, Sagan, Boom, Terpstra, Stybar, Pozatto, Stannard...
Espartaco contra el mundo.
definitivamente solo para los que disfrutan el sufrimiento.
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