lunes, 1 de abril de 2013

De Ronde se fue a suiza

De entrada el Tour de Flandes, tenia 3 favoritos para el triunfo final. Pero a los 20 kilometros ya solo quedaban dos.

Tom Boonen se daba un trastazo contra el frio suelo, (la salida se dio a 3 grados), y abandonaba. Nada roto, pero con escasas posibilidades de participar en la Paris Robaix del dia 7 de abril. Los dos restantes favoritos hicieron primero y segundo.

A pesar de todo, la caida y abandono de Boonen fue un final honroso para el tricampeón e ídolo local después de una primavera regular. Abandono en San Remo, séptimo en la E3 Harelbeke, caiída en Gante, retirada en los tres dias de la panne y nueva caída en Flandes.

La verdad es que los ultimos años, Flandes y Robaix dan para pocas sorpresas, ni los outsiders han tenido opcion.

La carrera, frio aparte, discurrió entre los cauces habituales, escapada de siete, que no alcanza los cuatro minutos de ventaja, el europcar la echa abajo, nueva escapada sin ninguno de los dos favoritos entre los componentes de la misma, que dejan transcurrir los kilómetros vigilandose mutuamente mientras los kilometros pasan y el grupo de cabeza se reduce lentamente. Porque fue lo que pasó, sin ataques relevantes, Sky y Omega con nula intención de hacer daño a Sagan y Cancellara, la carrera se la jugaron los dos favoritos, porque el resto de equipos no hicieron nada por evitarlo.

Penultima cota, Oude Kwaramont, 2,2 km al 4,3 por ciento de desnivel, Cancellara mueve el arbol y Sagan resiste por los pelos. Cazan al último de los escapados, Jurgen Roelandts, y se dirigen al Patenberg, 362 metros con un 12 por ciento de desnivel, con algunas rampas del 20 por ciento. Se sube por tercera y última vez en el día. y Sagan se pone a dar relevos en el tramo intermedio, en lugar de guardar fuerzas ante la próxima embestida del suizo. ¿Error táctico o esceso de confianza?

El caso es que Cancellara vuelve a poner un ritmo infernal y el trio se queda en duo y en los últimos metros del muro, el duo se rompe por unos escasos centímetros, en unas rampas que miden los centímetros de separación en segundos. No es una distancia insalvable, pero a Sagan no le quedan fuerzas. A Cancellara si. Y en esos segundos que necesita el corredor esloveno en recuperar el resuello, el suizo rueda en solitario hacia la meta, los últimos 13 kilometros de carrera.

Imparable Espartaco. Un puñado de segundos a la salida del Patenberg son más de un minuto veinte en la meta 13 km después.

Larga vida al campeón suizo.




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