Es la hora de la verdad, se han disputado varias carreras de renombre, y ha llegado el momento de disputarse las carreras que con solo una victoria entras en el olimpo ciclista. Y el primer monumento ciclista que se disputa, es la Milan San Remo. Carrera hasta la extenuación. 294 km. Un kilometraje salvaje en el ciclismo actual.
Ahora si, empieza la primavera ciclista.
Recorrido tradicional, tirando a conservador, con el clásico Turchino a mitad de carrera como subida más destacable, y una lista interminable de velocistas como favoritos al triunfo final, donde a pesar de ese bello y movido final, con la Cipressa, Castellaro y el Poggio, raro será, que Cancellara, Gilbert o Sagan, consigan descolocar, atudir o sorprender al Sky de Cavendish y al resto de equipos interesados en un final al sprint.
Y eso que la organización intentó añadir más chicha, pero las inclemencias metereológicas no estaban por la labor, y el asfalto del puerto escogido, pues tampoco.
Consecuencia: Valverde renuncia a La Clasicissima.
Y yo que no me puedo creer que el murciano no haya debutado en esta prueba todavía.
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