viernes, 22 de marzo de 2013

Nieve en la clasicísima

La Milano-San Remo neutralizada.

Lluvia, agua, agua nieve y finalmente nieve. Y no era solo frío, sino que la nieve hacía impracticable la subida al Turchino. Al final más de 100 kilómetros de carrera cercenados por la climatología, y la Milano San Remo ya no es la misma. Es otra cosa.

Tom Boonen, se queja, lo denuncia y abandona. Acusa a la organización de repescar a más de 100 corredores.

Y se da una nueva salida, sin Tom Boonen y con 6 corredores que parten siete minutos antes que el pelotón. La escapada del día mantiene la ventaja adquirida antes del parón. 116 km a meta. Arranca la carrera bajo la lluvia, el cielo gris, el suelo mojado. Bak, Rosa, Fortin, Belkov, Montaguti y Lastras por delante del resto. A 30 km de meta los tres últimos representantes de la escapada son cazados, a un suspiro nada más de la penúltima cota del día. La Cipressa.

Nibali también abandona. Aterido de frio, realizando ostentosos movimientos de brazos, tiene frio y el mejor bajador no puede frenar. No siente las manos.

A 27 km de meta hay una caída. Farrar y Boason Hagen eliminados. Sagan cada vez más favorito. En la subida de la Cipressa lo intentan Gilbert y Husvod, pero no es suficiente y el grupo corona compacto la Cipressa con más de 40 corredores en sus filas. Solo queda una tachuela, el Poggio a 6,2 km de meta, última oportunidad para escaparse y evitar un sprint donde Sagan y Cavendish son los claros favoritos. Y cuando los corredores no puede abrir hueco subiendo, siempre pueden intentarlo bajando.

Chavanel lo intenta bajando y Stannard y Vorganov se unen a su aventura. 14 kilómetros a meta y 27 segundos de ventaja al pelotón. No llegan, dicen las matemáticas. No apuestes, dice la cabeza. El ciclismo es un deporte de cabezones.

10 km a meta y empieza la subida al Poggio. Vorganov no aguanta el ritmo de Chavanel. Ya solo son dos en cabeza de carrera. En el pelotón Iglinsky lo intenta. El corredor de Astana y ganador en Lieja el año pasado, lo intenta en solitario, para claudicar 3 km después antes de iniciar el descenso. Paolini también lo intenta, y del pelotón tira el equipo de Sagan, con el único compañero que le queda. Moser, el ganador de la Strade Bianche comanda el grupo que intenta cazar los escapados. Stannard y Chavanel coronan el Poggio con 31 segundos de ventaja. Ahora si que llegan.

Y Sagan se lanza en un descenso loco a cazar a los escapados. El máximo favorito da la cara y su máximo rival, también. Cancellara ha jurado que no le dará ningún relevo a Sagan. Ciolek y Paolini también se unen bajando y cazan a los dos de cabeza a 3,8 km de la llegada. A 2 km de meta se acaba el descenso, y la carrera se lo juegan estos seis corredores. Sagan intenta dar la sorpresa, pero no le dejan. El siguiente en intentarlo es el británico Stannard al que si le dejan coger unos metros, para cazarle antes de la pncarta del último kilómetro. Circustancias de la vida, a Stannard le toca encabezar la carrera desde que empieza la pancarta del último kilómetro, y una ley del ciclismo no escrita dice que el que tira del grupo en el último kilómetro no gana el sprint.

El más rápido es Sagan. El más fuerte también. Evita todos los ataques. Chavanel lanza el primer ataque, y Sagan lo corta de raíz, no permite al francés que lo adelante. Pero eso acaba siendo un pequeño error. Lanza el sprint demasiado lejos y Ciolek acaba rebasándolo.

1º Ciolek
2º Sagan
3º Cancellara
4º Chavanel
5º Paolini
6º Stannard
Y el pelotón a 14 segundos.

La clasicísima descafeinada 2013, se va para alemania. Y Sagan se queda sin su primer monumento en su palmares...

Enhorabuena Gerard Ciolek.

El Viernes 22 más guerra. La E3 Harelbeke a escena. Boonen, Sagan, Cancellara y Flecha los favoritos.

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